Participación Ciudadana Reserva Kawésqar
Proceso que invita a la comunidad a opinar y conversar sobre la Reserva Kawésqar
La acuicultura se verá afectada y con ello el empleo
Una de las situaciones que más preocupa, en relación a las consecuencias de la propuesta de Plan de Manejo para la reserva, es que implicará que la acuicultura regional decrezca al impedir la renovación de las concesiones otorgadas, las modificaciones a
los proyectos vigentes, las relocalizaciones y el otorgamiento de las solicitudes en trámite.
En definitiva, un 43% de las concesiones de acuicultura en Magallanes se verían afectadas por su no renovación, lo que representa la pérdida de la totalidad de sus concesiones para dos empresas, y más del 50% de sus concesiones para otras tres, de un total de seis empresas
operando en la región.
El borrador del Plan de Manejo califica a la “Expansión de la Acuicultura Intensiva” como una amenaza baja o media y decide erradicarla de la Reserva Nacional Kawésqar, evidenciando una contradicción entre el nivel de amenaza que identifica y las severas consecuencias que busca imponer.
Si nos referimos a las hectáreas, actualmente al interior de la Reserva Nacional Kawésqar hay 67 concesiones que suman 1.389 hectáreas, es
decir, las concesiones representan el 0,052% de la superficie protegida, y todas ellas fueron otorgadas antes que se decretara la creación de la RNK. Asimismo, hay 59 solicitudes en trámite que suman 677 hectáreas.
Algo que me parece grave, es que el Plan de Manejo considera entre sus medidas paralizar la entrega de concesiones acuícolas, lo que como consecuencia afectará el empleo. Además, las concesiones que actualmente se encuentran otorgadas y con un RCA
favorable, podrán seguir sus operaciones, sin la posibilidad de aumentar su biomasa, y lo más complejo, las concesiones acuícolas, no podrán renovarse luego de su vencimiento, por
lo que cuando concluyan sus concesiones, se deberá iniciar una etapa de abandono29. Lo anterior contraviene abiertamente la Ley General de Pesca y Acuicultura, particularmente su artículo 158
que permite expresamente la acuicultura en Reservas Nacionales.
Dentro de las 10 amenazas a los objetos de conservación identificadas se encuentran los salmones, que se identifican como especies exóticas invasoras. Lo anterior, además, de
representar una proscripción de la salmonicultura en la reserva, es erróneo, puesto que los salmones atlánticos, que son los que se cosechan en Magallanes, no han sido capaces de asilvestrase, a diferencia de lo que ocurre con otras especies que no se cultivan en la región.
Además, fundamenta el riesgo señalando que “existen restricciones legales para la captura de salmones, lo que disminuye la capacidad de controlar estas especies en el medio”, lo que no es efectivo para especies provenientes de centros de cultivo.
Indicar que se señala que la expansión de la acuicultura intensiva es otra de las amenazas que identifica el Plan y se incluyen entre sus impactos una serie de factores que no se condicen con la
realidad. La modificación del paisaje, que no se produce porque las instalaciones son esencialmente temporales y se retiran completamente una vez que termina la operación en la zona o no serán utilizadas en un período productivo; El exceso de materia orgánica y nutrientes, que
son evaluadas por el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y medido en cada ciclo productivo a través de Informes Ambientales que sin no son favorables fuerzan la paralización de la producción; la contaminación química por el uso de productos farmacéuticos, que se utilizan a niveles marginales en Magallanes, al ser una región casi sin presencia de los principales problemas sanitarios que aquejan a la industria en el resto del país (caligidosis y piscirickettsia
salmonis o SRS); y los escapes de salmones, que no han representado un conflicto en Magallanes, donde los escapes registrados bordean el 1% de los que se han producido en el país, y de especies incapaces de asilvestrarse.
Finalmente, se define un pago por servicios ambientales, que deberá ser realizado por las actividades industriales presentes en el área, lo que se constituiría como un nuevo impuesto o tributo, completamente ilegal y discriminatorio.
Sería oportuno que estos aspectos planteados sean considerados; así como también, la afectación que se hará de concretarse este Plan, a la pesca artesanal, una actividad vital para la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena, donde más de 6 mil pescadores dependen directamente de esta actividad.
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